«Incansablemente con el saber
reemplazamos a la ignorancia»
Anónimo

El solsticio de invierno se corresponde al instante en que la posición del Sol en el cielo se encuentra a la mayor distancia angular negativa del ecuador celeste. Solsticio se deriva del latín sol, ‘Sol’, y sístere, “permanecer quieto”.
Esta situación (los solsticios), se dan por la forma de traslación terrestre que no es circular, es elíptica, cuyo plano angular con el eje de inclinación terrestre (23֩ 27’) da lugar a las estaciones del año.
Estas dos situaciones son de importancia capital y se relacionan con el ciclo de la vida terrestre. En algún momento entre el 20 y el 23 de junio, comienza el invierno en el hemisferio sur, una época del año que se caracteriza por un clima estable, frío, de días más cortos y noches más largas.

A simple vista y para todo aquel cuyo centro se basa en una percepción visual, el invierno es una época donde disminuyen las temperaturas de manera drástica, notoria y evidente, se percibe este frío casi como una constante en los siguientes tres meses, además, como dijimos, los días son más cortos y las noches son más largas, es un período de tiempo que invita al recogimiento, a la introspección, a la meditación.
Es fascinante como las personas pasan frente a sucesos importantes y no los ven, porque todo sucede frente a sus ojos y sin embargo, no se perciben. En el solsticio de invierno año 2019, el punto que marcó el fin de un ciclo y el inicio de otro, fue el de las 12:54 hs P.M., del meridiano (-3H).
Esto significa que a esa hora la tierra aparentó quedarse quieta, suspendida en el inmenso universo e inmediatamente reinició su curso orbital según su camino. Los días poco a poco y a pesar del frío se prolongarán en su horario diurno y se acortará el horario nocturno, esto será así en los próximos 6 meses.

Biológicamente los metabolismos bajan y en gran número de especies vegetales y animales entran en un periodo de letargo o hibernación. Los árboles que perdieron sus hojas reducen su circulación de savia y el “Cambium” se muestra con actividad mínima. Los animales que hibernan, por su parte, disminuyen también a valores mínimos sus funciones metabólicas.
Y desde este punto nuevamente irán recuperando paulatina y muy lentamente actividad todas las criaturas, animales y vegetales, consiguiendo recién movilizar todo su potencial, en tres meses con la llegada de la primavera.
Entonces los solsticios son muy importantes, porque marcan el final de un ciclo y el inicio de uno nuevo. Es un renacer en lo biológico, en lo cósmico y en lo espiritual, es un dejar el lastre de lo pasado y reiniciar la vida más livianos, una nueva oportunidad de vida, de rectificar caminos, de encontrar verdades y asumirlas en la vida de todos los días.
Pero esta renovación por el fuego y la luz también es espiritual, está representado por la luz del conocimiento que paulatinamente vence a la ignorancia con el calor de su flama y su sublime iluminación.

Históricamente, estas fiestas fueron celebradas por diferentes culturas, como dijimos antes, Incas, Romanos, Hindúes, Celtas, Efesios, Babilonios, Mayas, etc…, en todas el fuego es el denominador común. Aún hoy en algunas culturas se mantiene la costumbre de juntarse alrededor de fogatas para el 21 de Junio en las denominadas “fogatas de San Juan” como se realizan en San Juan, República Argentina.
El conocimiento profundo de la fecha da sentido al festejo del “Renovatum” de cada uno de nosotros. La renovación y el conocimiento nos conceden la libertad, pero la verdadera libertad, aquella que no puede ser coartada por el hombre. Para el librepensador, la libertad es una condición “sine qua non”.
Incansablemente con saber remplazamos la ignorancia.
EMRYS
