
El periodismo es sin dudas una profesión apasionante y de alto impacto social. Surge desde que el hombre aprendió a dominar el lenguaje y la escritura y tuvo la imperiosa necesidad de contar a otros los sucesos de determinados lugares o situaciones.
El periodismo es y debe ser reflejo propagador de la expresión libre y exacta de lo que sucede en una sociedad determinada o en un lugar categórico. La prensa debe decir objetivamente lo que ve, lo que sabe fehacientemente y lo que le consta según las documentaciones referenciales con las que cuente. Las fuentes, por otra parte, deben ser confiables y comprobables.
Si al periodista algo no le consta o no lo puede constatar, o es algo que se presume verdad, debería reflejarlo con el clásico tiempo verbal «debería, sería, parecería, etc…», y como gesto de buenas costumbres y honradez en la profesión, de corroborarse la noticia, se reafirmaría y si la noticia no fuera cierta se debería rectificar y aclarar el error informativo, con el objeto de mantener inmaculada la verdad como única rectora y guía.
Hoy podemos percibir con preocupación creciente las «mentiras del periodismo», información falaz e injuriosa que forma parte de la portada de los mas conocidos y no tan conocidos periódicos y diarios. Estos medios sin duda, obedecen a intereses de grupos concentrados y hegemónicos, políticos, empresariales y económicos de poder.

El periodismo cuando no informa con objetividad los hechos, cuando los oculta, cuando los manipula, etc…, se convierte en cómplice y peligroso aliado de los mas espurios intereses.
La libertad de prensa y el derecho a la información no deben confundirse bajo ningún punto de vista con el libertinaje periodístico o la información tergiversada. el libertinaje periodístico lo ejercen ciertos periodistas que creen que pueden decir lo que se les antoje en la mas intocable impunidad.
Estos vejadores de la verdad piensan que repitiendo una mentira muchas veces podrá con el tiempo considerarse cierta y podrán arrastrar a las masas a pensar como ellos. Ignorantes de la pluma y el tintero de egoístas intereses son estos carroñeros sociales que solo saben de mentiras y maldades.
Cuanta maldad está enmascarada en el derecho de libertad de prensa, lejos de informar a una sociedad la hunden (algunos periodistas que deshonran la profesión), en la ignorancia y la condenan al abismo de la oscuridad y el engaño. Mal puede ser verdad una mentira pergeñada en las entrañas viles del maléfico pregonero.
Pero doy mi voto de confianza al periodista leal, al que no miente, ni tergiversa, ni interpreta noticias o hechos a su conveniencia. Periodismo puro de noble saber y leal proceder, eso es lo que nos hace falta a nosotros una sociedad castigada y vejada por los infames gobiernos y políticos de turno que solo piensan en saciar sus interminables bolsillos, olvidándose de la gente y sumiéndola en la mas inmunda miseria. Pobres con hambre, ricos con plata…, demasiada en ambos casos.
Salud!…, al periodismo puro y la pluma endemoniada de valor y verdad. Sean estas plumas las que inunden los diarios y periódicos de todo el mundo con el único fin de servir al hombre en su búsqueda de la verdad.
INACO
