«La inflación es como el pecado. Cada gobierno la denuncia,
pero cada gobierno la practica».
Georg Christoph Lichtenberg
La inflación es tal vez, el azote más importante que vapulea a las sociedades modernas. El mundo en el siglo XXI, es un planeta totalmente globalizado, intercomunicado e interrelacionado en tiempo real. La economía es tal vez uno de los puntos más sensibles de la globalización.
Por ello una guerra entre dos países lejanos, una epidemia sanitaria, una pandemia como la sufrida por Covid-19 o la desestabilización de un país más o menos industrializado, sirve de disparador para fundamentar el aumento inflacionario global. Por supuesto los mas susceptibles son los países de economías mas volátiles.
El disparador mas común de los procesos inflacionarios suele ser el aumento de la energía y en particular del petróleo y el gas. Pero la inflación no necesita muchos motivos en países subdesarrollados y poco serios, basta con la incapacidad de los gobiernos que gastan mas dinero público del que poseen y estos déficit los suplen de dos maneras, por un lado prestamos y por el otro con emisión monetaria. Otra cuestión que encadena una nación en procesos inflacionarios es la corrupción y la falta de reglas claras, sumado a la viveza especulativa de sus industriales y grandes empresas responsables de formar precios. Así se origina el mal de males.
Observamos que los diferentes conflictos bélicos arrastran detrás de sí, no solo caos y muerte en el lugar de los hechos, sino el aumento de precios de insumos, alimentos y materias primas.
Pero ¿qué es la inflación?
Se define como “el aumento generalizado de bienes y servicios en un determinado territorio, con disminución de la capacidad de consumo y en un lapso definido”, este lapso normalmente es anual, pero se puede medir mensualmente para tener un parámetro más cercano. Como consecuencia de lo antes dicho hay una disminución del valor de la moneda circulante y por ende disminuye el poder adquisitivo de las personas. Más dinero circulante, más demanda de bienes, más aumento de precios.
La inflación se mide con un índice y este se forma por una “canasta de bienes y servicios” que es arbitraria en su contenido, de acuerdo a los distintos países y aun dentro de las naciones difiere de una provincia o estado a otro. Este índice traduce la variación promedio de la sumatoria de todos los ítems o productos y servicios que se tienen en cuenta. Lo cierto es que a ojos del consumidor, estos índices parecen mas bajos de lo que se percibe y siempre están por debajo del aumento de precio que finalmente paga y padece el consumidor final.
¿Cómo se forma el precio de un producto?
Los precios se forman valorando el costo de la materia prima, y sumando una serie de ítems, entre ellos los servicios y energía que se utilizó en su fabricación, los costos pasivos del desgaste de infraestructura y maquinarias, y la mano de obra humana que se utilizó para hacer ese producto. A esto se le suma el porcentaje de ganancia del fabricante. El resultado es el precio del producto en puerta de fábrica.
Luego viene el transporte, el mayorista, el minorista y de allí al consumidor. Esta cadena nos dirá cuánto cuesta un producto puesto en la mesa de un consumidor. Todos obtienen, lógicamente, su ganancia.
Pero el precio puede tener otra variación: la “demanda”. Si muchas personas quieren un determinado producto y este es escaso, el precio sube por la demanda. Por el contrario, si el producto es abundante y no tiene demanda del consumidor, el precio se retrotrae.
Hasta aquí son dos las variables a tener en cuenta en el precio de un producto: el Costo total por fabricación, transporte y puesta a dispocisión del consumidor y la Demanda. Esto nos lleva a buscar las causas de la inflación.
En primer lugar, la “demanda”, más demanda más aumento de precio y viceversa. La segunda causa es la inflación “por aumento de costos” sea de materias primas o servicios, especialmente a nivel internacional. La tercera causa, es la “inflación auto infringida”, que no es otra cosa que el famoso “colchón” de aumento de precios que se le pone a un producto “por las dudas” aumente en el futuro.
Finalmente, otra causa es la generada por expectativas de inflación, o sea, al haber inflación los sueldos pierden el valor real y se piden aumentos de sueldos que muchas veces se consiguen con emisión monetaria o con préstamos externos (se dijo anteriormente), esto trae más inflación porque aumenta el circulante y aumenta la demanda y aumentan los costos de producción (mano de obra) y de esta manera se forma un círculo vicioso inflacionario.

Para detener la inflación hay que equilibrar la producción y la demanda. O sea, evitando abusos en la cadena de producción, especulaciones y sobreprecios en la cadena de almacenamiento de distribución y sincerando los precios minoristas. En el otro extremo evitando que los sueldos aumenten con emisión o préstamos y procurando que la suba de sueldos se fundamenten en aumentos de producción, aumento de ventas y mano de obra, o sea produciendo aumento real de salarios (aumento del poder adquisitivo).
Producir más, Exportar más, para que todos ganen más. Se sale de la inflación con trabajo fuerte, genuino y con producción, debemos ser mas exportadores de productos manufacturados y menos de materias primas, de esta manera agregamos valor a nuestros productos.
Trabajo genuino, modernización y aumento en la producción de bienes y servicios, Sres…, debemos liberar la Nación.
Inaco.