
El término “Meritocracia”, se apoderó de mi atención luego de escuchar reflexiones que con magistral claridad el escritor, ensayista y músico argentino Alejandro Dolina, vertiera con respecto a este término.
Luego de interiorizarme y pensar algún tiempo, con la idea dando vueltas en mi cabeza, me decidí permitirme reflexionar humildemente con este tema, que sin pretender ser de la enseñanza esclarecedora de Alejandro Dolina, lleve en un lógico razonamiento a la comprensión del término, más allá del mismo término.
Hago esto para continuar con la enorme tarea de comprender a Argentina, en tiempos difíciles desde lo económico y lo social y peor aún desde lo moral, teniendo en cuenta el avance de la denominada «meritocracia» en algunos sectores y círculos de poder de la sociedad argentina.

Idealmente la meritocracia es una forma de gobierno basada en el mérito, y en términos más generales, se refiere a la discriminación positiva por méritos.¹ “La meritocracia permite crear una sociedad justa, ya que todo lo logrado por los individuos es por sus esfuerzos y méritos a lo largo de su vida, y no por otras causas como su apellido, riqueza, sexo, religión, política, entre otras”. Esto es claro en la teoría y solo allí.
El problema del idealismo surge cuando lo bajamos a la “Praxis”, en éste contexto la meritocracia se desdibuja y se derrumba no solo como sistema de gobierno sino también como una forma de movimiento social.
“Esta meritocracia o neomeritocracia, es también una forma de pensamiento social (como se dijo más arriba), por la cual se valoriza el mérito idealizándolo, en desmedro de aquellas personas que no consiguen tal mérito independientemente de la causa”.
La República Argentina atraviesa tiempos de incertidumbre y con una economía en condiciones de desastre todos los recursos parecen pocos y muchas familias corren el riesgo de perderlo todo. Sube constantemente el desempleo, la inflación, cierran fábricas y Pymes, los precios cambian todos los días y el número de pobres aumenta día a día. “Si en este clima prevalece la meritocracia por sobre el cuidado de la sociedad, entra a jugar la idea de competencia desigual.”⁴
La sociedad meritocrática suele integrar el concepto de talento con esfuerzo”.² Aunque jamás analiza o tiene en cuenta las condiciones basales y de oportunidades de los individuos.
El problema es que los talentos se distribuyen de manera desigual, los niños en Argentina tienen diferentes oportunidades, diferentes accesos a la educación escolar y las escuelas públicas están en condiciones muy deterioradas en lo edilicio, en lo académico y con calendarios escolares incompletos por los paros gremiales. La educación privada en tanto avanza y cada vez más y con mejores contenidos y calendarios escolares completos.
Esto abre una brecha entre los mejor preparados y los escasamente preparados, coincidiendo con las castas sociales más ricas y pudientes y los pobres, trabajadores comunes y jornaleros, etc…, que no consiguen llegar a fin de mes.
¿Es justo aplicar un pensamiento meritocrático en la sociedad argentina, cuando las desigualdades son cada vez mayores y la crisis moral, económica, política y social, es cada vez más fuerte?
EMRYS

- ¹fuente Wikipedia
- ² y ³ fuente significados.com
- ⁴ fuente Southwell