Las decisiones… ¿elección o destino?

Las decisiones son como nuestras huellas en la vida…

Pensando en el correr de la vida en el diario trajinar, observo en mi propia experiencia y en los demás que constantemente estamos sometidos a decisiones que van guiando nuestros pasos, eligiendo unos caminos y desechando otros.

Asiduamente estamos sometidos a la enorme responsabilidad de elegir aunque sea en lo más mínimo, tomar un simple café nos lleva al dilema de “¿con azúcar, edulcorante o negro?”.

Otras decisiones conllevan a consecuencias para el futuro que pueden comprometer la vida, “¿Que se elige para comer?, ¿fumar o no fumar?, ¿Bebe alcohol o no?, etc.…, todas son decisiones a tomar.

Otras decisiones son elecciones de vida, ¿trabajar o no trabajar?, ¿en qué trabajar?, ¿Estudiar?, ¿Qué estudiar?, ¿Qué amigos elegir?, ¿Vivir solo o en pareja?, ¿Quién será la pareja?, y tantas otras. Todo es decisiones que marcan el camino del hombre por la vida.

Y el ser humano se desvive, habiendo nacido solo y desnudo y sabiendo que morirá sin llevarse nada, por tratar de conseguir a cualquier precio cosas (en general materiales), que no trajo y que no se va a llevar. Pero el hombre decide, constantemente decide.

Pero cuando las cosas no salen como espera y le va mal en alguna elección o sufre alguna pérdida, suele decir “es el destino”.

¿El destino pasa a ser entonces el mejor tranquilizador espiritual ante una decisión o un camino tomado con plena conciencia? Si la decisión es buena es propia del hombre, ahora cuando las consecuencias de dichas elecciones son adversas la culpa es de Dios, del destino, etc…

Siempre es más tranquilizador transferir culpas de frustraciones propias o fracasos por decisiones mal tomadas a los otros. Es como que esa transferencia nos excusara de tener responsabilidad por el camino decidido.

La irresponsable transferencia de culpas o la idealización del por qué sucedió tal o cual cosa, no sirve para crecer, tampoco endereza caminos y menos nos augura mejores resultados en un futuro.

El hombre es responsable de decisiones buenas y malas en igual proporción, en todo caso, reconocer una mala decisión lo acerca a madura disposición de rectificar el camino, recomenzar, volver sobre los pasos y escoger otra alternativa.

De lo expuesto, se deduce que el destino se hace día a día, que las decisiones del hombre son las que marcan su camino. Que hasta la muerte del ser humano es incierta y es consecuencia de las mínimas decisiones que se toman con el propio cuerpo, más las predisposiciones genéticas y de herencia que cada uno de nosotros tiene.

Este tema da para más debate y seguramente lo retomaremos más adelante. Por lo pronto es una mañana de sol en la agitada Buenos Aires y tengo decisiones pendientes…, entre ellas un café que se enfría.

Inaco

Una decisión por mas pequeña que sea, decide caminos

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