
Pensando al hombre, averiguando su esencia y escudriñando su íntima biología, he llegado a la idea de que hombre como unidad biológica responde a las leyes de la naturaleza. Cada día veo a los seres humanos, renovar sus fuerzas y realizar el rol social que les corresponde.
El hombre como ser vivo es un pluricelular y además se comporta como una unidad coordinada con una multiplicidad de procesos metabólicos, a su vez cada célula se encuentra estructurada por moléculas u átomos que ordenadamente han sistematizado un funcionamiento que da como resultado la maravilla de la vida.
Cuando el hombre muere, la materia se descompone y todos los átomos componentes vuelven a la naturaleza y así, nuevamente se recicla la materia. Esto ocurre con todos los seres vivos, y en esta evolución y a través de millones de años, han sucedido millones de uniones y reacciones químicas que se sintetizan y disuelven constantemente.
Pensado de esta manera, el hombre es el resultado de millones de estas uniones químicas que sucedieron a través de millones de años, donde fuimos evolucionando y adaptándonos al medio hambiente. Mas aún fuimos dominando la tierra a adueñándonos utópicamente de los recursos.
Mas lo concreto es que somos eso, el resultado dinámico de este universo en el cual nos encontramos inmersos. Esta maravilla ocurrida en millones de años fue la responsable de que en su evolución los átomos se combinaran, reaccionaran y se disolvieran, en distintos seres vivos y no vivos del universo.
Pero en el hoy y el ahora, esta materia forma parte de cada una de las unidades biológicas que formamos parte del presente, del exterior exterior y de la misma intimidad humana y biológica.
Este es el hombre, una unidad química biológica que busca desarrollarse en el universo y que solo es una parte de ese proceso dinámico que se llama evolución.
Vale decir también, que nacemos con unas pocas libras de peso, tomamos materia del universo y la incorporamos y llegamos a pesar lo suficiente para vivir y desarrollarnos en esta vida, al final devolvemos la materia al universo de forma inexorable.
Pensado así, el hombre es en el universo, un sistema material que permanece constante cualquiera sea las modificaciones físicas o químicas que se produzcan, tal como postuló Lavoisier, hace mas de docientos años.
Teniendo en cuenta esto y las leyes naturales según Hermes Trimegisto, y por el principio de correspondencia, «como es arriba es abajo, como es afuera es adentro», si hay una trascendencia según nuestro consciente, somos reflejos de lo que es, en ese otro plano universal, la esencia de la misma creación de la cual esta compuesta.
O sea, ES LO QUE ES AQUÍ, SOMOS LO QUE SOMOS AQUÍ, solo que en un plano distinto, diferente o tal vez superior.
Eso lo reafirma la teoría del macrocosmos y el microcosmos. O sea «como es el microcosmos es el macrocosmos».
Claro está que las afirmaciones de la Escuela Heremética en este sentido, son enseñanzas profundas y al mismo tiempo teorías subjetivas, sin comprobación metódica y científica.
He de suponer entonces, que la veracidad de los planos paralelos como realidad trascendente del hombre y la naturaleza, es un desafío a pensar, estudiar y en lo posible comprobar. Pero ese será otro tema, tal ves para mas adelante.
EMRYS
