
El término Subsidio, ha causado y causa gran escozor, resistencia y rechazo. Se percibe que alguien está recibiendo una dádiva por nada y que es un beneficio que fomenta vagos y en nada promueve la cultura del trabajo.
Debemos primero empezar por definir los términos para saber a qué nos estamos refiriendo.
¿Qué es un Subsidio?
Es una ayuda económica o material a una persona o entidad (pública o privada), recibe de un organismo oficial (Gobierno) o no y es utilizado con un fin determinado. Para el caso de ser personas físicas los subsidios suelen perseguir el noble fin de ayudar a cubrir necesidades básicas insatisfechas.
Para el caso de este tipo de personas (físicas, me refiero), los tipos de subsidio más comunes suelen ser familiares, por desempleo, algún bien inmueble o parte de él, y un ejemplo es la AUH o “Asignación Universal por Hijo” que está vigente y muy difundida en la República Argentina.

La entrega del subsidio es directa, llana y en primera persona en estos casos. También sería un subsidio directo La ayuda económica a un Club Deportivo u otra entidad social u ONG.
Pero también hay “Subsidios indirectos”, este es el caso de (por ejemplo), las empresas de Luz, Gas y Agua que aun siendo compañías privadas, tienen los precios regulados por el Estado, a cambio de un subsidio por dicha reducción (el Estado compensa a la empresa).
El campo suele recibir por parte del Estado subsidios por Sequias, inundaciones o situaciones que ponen en riesgo al productor agropecuario.
Otros son los Subsidios por producción: en este caso es el estado el que paga a la empresa privada una parte del costo de producción, para de esta manera favorecer por un lado el empleo y por otro bajar los costos para el consumo final del producto en cuestión.
Otro servicio subsidiado en Argentina es el Transporte público de pasajeros y por esta cuestión las empresas de transporte público de pasajeros reciben subsidios generosos a condición de tarifas accesibles a la población.
En resumen, subsidio es una ayuda económica directa y generalmente en dinero, que el Estado y su Gobierno otorga para subsanar carencias o paliar costos (producción, transporte, etc…).
Pero lo primero que dijimos es el rechazo que siente la población en general cuando escucha la palabra “subsidio”.
Los subsidios no son ni buenos ni malos, la bondad o la maldad se produce cuando vemos la direccionalidad y los beneficiarios de dichos subsidios. Además un subsidio es una ayuda al corto plazo y “JAMAS” una medida que deba mantenerse y perpetuarse. Los subsidios deben ser coyunturales y a corto plazo en el mejor de los casos.
También es molesto cuando se plantea el destinatario del subsidio, si es una persona necesitada o pobre, en general se lo califica de “vago”, “vividor del Estado”, “gente que no quiere trabajar”, “parásitos sociales” y los gobiernos que los otorgan son «POPULISTAS«.
Pero si el subsidio lo recibe una empresa o el entorno de los grupos hegemónicos, no es populismo, eso lo llaman “SEÑALES POSITIVAS AL MERCADO”.
¿Te lo grafico?
SUBSIDIO QUE RECIBEN LOS POBRES = «POPULISMO»
SUBSIDIO QUE RECIBEN LAS EMPRESAS= «SEÑALES POSITIVAS AL MERCADO»
Esto es casi incomprensible, si el beneficiario es un necesitado o un pobre… ¿El gobierno es populista?, si el beneficiario es el campo o una empresa privada… ¿Son señales positivas al mercado?

¿Son malos los Subsidios?
Definitivamente, NO, es solo una herramienta política que usan los gobiernos, pero lo malo lo hace la misma administración gubernamental cuando se queda en esa única medida y no busca las soluciones de fondo o cuando los direcciona egoístamente o corruptamente, en beneficio político proselitista propio.
Las condiciones indispensables que debe tener un subsidio son:
- Que surja de la «auténtica necesidad».
- Que el gobierno «no lo direccione» por intereses políticos.
- Que sea «justo».
- Que sea coyuntural y de la más «corta duración» de tiempo posible.
Por otra parte, los subsidios pasan a ser nefastos cuando son otorgados y recibidos en flagrante acción de corrupción.
INACO
